Capítulo IV - Relaciones con los Salesianos de Don Bosco y otros movimientos eclesiales y civiles


Art. 16 Relaciones con los Salesianos de Don Bosco

La Confederación Nacional forma parte de la Familia Salesiana por la educación recibida y aporta a la misma su característica laical y su índole secular. Esta pertenencia es mayor cuando se compromete a participar en la misión salesiana en el mundo[1]. Por consiguiente:

          Reconoce al Rector Mayor, sucesor de Don Bosco, como padre, guía y centro de unidad de la Familia Salesiana y referencia primaria de nuestra Asociación.
          Contribuye al crecimiento de la comunión activa y la colaboración en la misión con toda la Familia Salesiana, en especial con las Antiguas Alumnas y Antiguos Alumnos de las Hijas de María Auxiliadora, en espíritu de familia y respetando las propias autonomías.
          Desea y pide la asistencia de los Salesianos para una educación espiritual permanente, incisiva y adecuada, para mantener la unidad de espíritu y estimular el diálogo y la colaboración fraterna, por medio de sus Delegados en la Asociación.
          Favorece el compromiso vocacional de los antiguos alumnos y alumnas que,espontánea y libremente, se orientan hacia otros grupos de la Familia Salesiana, especialmente hacia los Salesianos Cooperadores.
          Reconoce a los Salesianos que les asisten la pertenencia de pleno derecho a la Asociación mientras permanecen en el cargo.

Art. 17 Los Delegados de Antiguos Alumnos

            1) Los Delegados, locales, regionales, nacionales y mundial, desempeñan su tarea en nombre de su superior. Participan en la programación y coordinación de las actividades formativas de la Asociación, están presente en los órganos directivos y ejecutivos con el fin de orientar y acompañar a los antiguos alumnos, valorando y garantizando el liderazgo de los laicos.
            2) Los Delegados, en cada uno de los ámbitos o niveles, ayudan a velar por la fidelidad a la Iglesia y al espíritu salesiano, interpretan las aspiraciones de los asociados y mantienen, animan y coordinan sus relaciones de familia con la Congregación Salesiana.
            3) Para facilitar y acrecentar la coordinación entre ellos y con los líderes de la Asociación en vistas a una mayor eficacia de su misión, mantendrán la necesaria comunicación y planificación:

          entre ellos y con el Delegado Nacional (Delegación Nacional de AADB)
          entre la Asociación y la Comujnidad Salesiana
          entre ellos y los Presidentes locales.

 Art. 18 Relaciones con otros movimientos e instituciones

La Confederación Nacional Española de Antiguos Alumnos de Don Bosco es miembro del Foro de Laicos y de la Confederación Española de Asociaciones de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica (CEAEC), y se mantiene en contacto con los movimientos y entidades eclesiales y civiles que persiguen fines similares.


[1] Constituciones de la Sociedad de San Francisco de Sales, art. 5.

9 comentarios:

  1. Art. 16
    Este artículo destaca la pertenencia de la Asociación de Antiguos Alumnos a la Familia Salesiana. Explica que, al tratarse de una Asociación de laicos, los Delegados y los Inspectores, paa poder votar deben hacerse socios a todos los efectos. Y derlo miemtras dure su mandato. También se define el papel del Rector Mayor como Padre y centro de unidad de la Familia Salesiana.

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    1. Sí, bien, Luis Federico; pero incluso más bien, lo que se viene a subrayar es la subordinación de los antiguos alumnos a la autoridad salesiana, en perjuicio de su propia autonomía, libertad, protagonismo... No faltará quien vea aquí un intento de instrumentalizar a los antiguos alumnos en favor de un cierto lobby católico; a un lobby que presione a los políticos del Congreso en su derecho a legislar, o al gobierno en su derecho y deber de gobernar en sintonía con la Cámara.
      Los antiguos alumnos lo son por la educación recibida y no para ser nombrados nuevos cruzados hipercatólicos, llamados a combatir y a defender ("a toda costa", se dice en el mundial) valores que ya defiende la Constitución y demás leyes. Yo defendería la libertad, pero también la de los antiguos alumnos, tanto si pagan cuota como si no... En fin, improviso estas líneas porque me parece saludable hacerlo, pero me someto a mejores criterios. José Enebral, antiguo alumno de Atocha (Madrid).

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  2. Yo creo que, en general, el antiguo alumno de colegio religioso es buena persona que se asocia para estar en contacto con otros compañeros y cultivar la amistad sobre las creencias y valores comunes; otra cosa es que se monte este tinglado piramidal "político" y se le sitúe en la base con una gran misión impuesta, se le siga evangelizando, y que soporte el peso de toda la gran pirámide. Con tanto peso encima, no sé si uno se puede mover; acaso resulta algo asfixiante... Si la salesianidad quiere quedarse con los exalumnos soldados (dados al combate y la defensa) y deshacerse de los más pacifistas y respetuosos con otras creencias (o no creencias), entonces dígase claramente y se pone orden en las listas de asociados... Creo recordar que lo de la libertad religiosa viene del Concilio Vaticano II y que la versión original (en italiano) del estatuto mundial deja abierta a los no cristianos la asociación (aunque se les excluya de la familia, cosa que choca un poco; por solidaridad, dan ganas también de excluirse de la familia oficial, caramba). Exagero todo como forma de simplificación. José Enebral.

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  3. Observo que algunos de mis comentarios a este estatuto han merecido rápidamente un voto de descalificación. Entiendo que habrá más y eso me satisface: es bueno que haya distintos puntos de vista y que se expresen (acaso mejor con un mensaje que con un voto). Si todos pensáramos igual, en realidad eso significaría que ninguno pensamos. Por otra parte, yo estoy convencido de que, sea cual sea el texto final del estatuto, en el día a día se impondrá el sentido común en todas las asociaciones locales y en la actuación particular de cada exalumno. Si subordináramos el sentido común a la norma operativa que se establezca, temo que la cosa sería muy triste, desoladora, como de otros tiempos. Seamos personas de buena fe, de intenciones visibles, de lenguaje claro, de una sola cara, y apostemos por el bien común; seguro que viviremos más alegres (dentro de lo poco que cabe en el mundo de hoy...). Así son los exalumnos que yo trato, frecuento y quiero, tantos años después. José Enebral.

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    1. Estimado Pepe
      Llevo ya varios días leyendo los comentarios que escribes en el blog y he decido contestarte en éste, precisamente en el que te quejas de haber recibido algún voto negativo. No he sido yo el que ha emitido tal voto, aunque entiendo perfectamente el sentimiento del votante. Y no tanto por el contenido de lo que escribes (opiniones que considero que más que votos negativos, lo que exigen es que se te expliquen algunas cosas, como a menudo requieres) si no por las formas que vienes utilizando. En casi todos tus escritos transmites desconfianza y suspicacia, algo como de amarga experiencia pasada y burla hacia los que hemos redactado esta propuesta de Estatuto. Resultan muchos de tus comentarios altamente ofensivos, por lo que te ruego que, de ahora en adelante, midas tus formas, pues las estás derramando sobre el trabajo de otros antiguos alumnos, esos que tan a menudo te vanaglorias de estimar.
      Por si las formas no fueran poco, además estás basando tus opiniones en conceptos bastante errados. Por ejemplo, asumes, al hilo de un comentario de Antonio Iturralde (también equivocado, por cierto) que las Federaciones Regionales y las Confederaciones Nacional y Mundial (a las que llegas a calificar de tinglado político) emanan de las Locales. Esto no es cierto.
      Por supuesto que cualquier grupo humano es libre de asociarse en torno a unos valores comunes y después decidir crear súper estructuras subsidiarias que sirva de manera más eficiente a sus fines. Pero ése no es el caso de nuestra Asociación. Nuestra Asociación es un grupo perteneciente a la Familia Salesiana, con una identidad carismática definida, y una misma misión desarrollada principalmente en tres ámbitos, según lo descrito en la Carta de Identidad de la Familia Salesiana: “la promoción humana, la educación, la evangelización. Para todos los Grupos la evangelización, entendida como anuncio y testimonio del Evangelio, es el objetivo prioritario de la propia misión.”

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    2. Un grupo de exalumnos agradecidos a su colegio, pero cuya única intención sea la de juntarse para comer, charlar o jugar al mus puede, por supuesto, constituirse en asociación. Pero no sería ésta una Asociación como la nuestra, que tiene una finalidad más amplia. Yo creo que aquí es de donde nacen gran parte de las críticas que vienes realizando en los últimos tiempos: parece que quieras una Asociación que no es la que debe ser. Incluso hablas de injerencias en los colegios o acusas a los salesianos de ver a las Asociaciones únicamente como fuentes de financiación. Esto no sólo es falaz y ofensivo, sino que además expresa precisamente lo contrario de lo que ha de ser nuestra Asociación: un grupo más de la Familia que, junto con las particularidades de cada uno de los restantes grupos existentes dentro de una Obra, realiza una misión común. Si esto no fuera así, la Congregación Salesiana no tendría por qué ceder locales o dedicar consiliarios para atenderla. ¿Lo ves? Si un colegio, por muy de inspiración oratoriana que fuera, por mucho que diseñara sus procedimientos en torno al sistema preventivo, decidiera escindirse de su Inspectoría, no podría denominarse “colegio salesiano”. Podría ser, en todo caso, “colegio de inspiración salesiana” o perteneciente a un movimiento de inspiración salesiana. Por cierto, que si te produce cierta inquina el concepto de Movimiento, te invito a refrescar la definición que de él tienes, pues puede recoger lo mismo al Movimiento Juvenil Salesiano, que al Movimiento 15-M o al Movimiento Juvenil Aragonés Laico y Progresista, por poner algún ejemplo.
      Por supuesto que cualquier antiguo alumno que comparta este fin está invitado a formar parte de la Asociación, independientemente de su credo o filiación política. Pero lo que no se puede permitir a ningún socio es que, en aras de un supuesto respeto laical, quiera dinamitar lo que es un grupo nacido, crecido y sostenido en la finalidad que el mismo Don Bosco tuvo en cualquiera de sus empresas. Eso es incuestionable. Y tildarlo de rancio o ultracatólico (concepto curioso éste) sólo por no compartirlo o no entenderlo es, de nuevo, ofensivo.
      Hablas, en otra ocasión, de que el Estatuto debería reflejar la realidad y no caminar por un mundo “maravilloso”. Nuevo error: el Estatuto ha de definir lo que QUEREMOS ser, no lo que somos. En eso estamos, y a eso sigues invitado: a proponer, a opinar, a cuestionar. Pero siempre desde el respeto y de manera constructiva. Es un poco estridente tildar a este proceso de revisión del Borrador del nuevo Estatuto como de poco democrático como si no se te invitara a participar, y hacerlo, precisamente, en un foro de participación. Es un tanto surrealista…
      Te animo, por lo tanto, a seguir aportando tu punto de vista, pero sin buscar enemigos (como tú has referido en alguno de los comentarios) pues aquí no los vas a encontrar.
      Un saludo
      Jaime Martínez (TAMBIÉN antiguo alumno de Atocha)

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    3. Estimado compañero Jaime, son cosas diversas y yo empezaría por el principio. No me quejo del voto de descalificación sino que me satisface: me anuncia debate. En ese sentido, confiaba en que aparecieran mensajes, aunque no como el tuyo. Dices que los comentarios son ofensivos y pediría concreción. Por el hecho de ser críticos no son ofensivos, creo yo. La existencia de otros puntos de vista suele verse enriquecedora y no necesariamente ofensiva, pero te pregunto qué afirmación ha ofendido y así sabré qué decir al respecto. Luego dices que estoy errado en una cosa y que me puede haber confundido un comentario de otro compañero. Puedo estar errado más veces, de hecho alguna vez digo que no pretendo llevar razón sino decir libremente lo que pienso desde mi perspectiva.
      Yo no he dicho que la única intención de los asociados… Eso me lo atribuyes tú y ahí ya te das a conocer… Dices que quiero una asociación que no es la que debe ser; en realidad lo que quiero es la asociación que quieran los asociados, y no un modelo que venga impuesto de Roma o de la calle Alcalá. Si luego resulta que coinciden, pues estupendo; pero resulta que este estatuto viene a cambiar el modelo. Dices que hago acusaciones y que eso resulta falaz y ofensivo. ¿Me podrías identificar tales acusaciones mías, una a una, para analizar si hay falacia o no la hay? Yo te adelanto que, cuando no es mera opinión, lo que digo está fundamentado.
      No me produce inquina el concepto de movimiento, pero no sé a qué se refiere el “movimiento de los antiguos alumnos”: no conozco tal, únicamente conozco la existencia de asociaciones locales. Cuando me lo aclares, acaso me sume a tal movimiento… Ahora quiero decir que don Bosco no se metía en política y creo que San Francisco de Sales tampoco. Insisto en que lo el combate y la defensa de valores (muy parecidos a los que a ultranza defiende HazteOír) suena ultracatólico, incluso aunque se haya eliminado lo de “a toda costa”; a mí me suena ultracatólico y estoy en derecho de decirlo si se me pide opinión. Varias veces digo que no pretendo llevar razón sino expresarme libremente, pero me condicionas si vas a hacer torcidas lecturas de lo que digo. La palabra “rancio” es tuya, por cierto, no mía; aunque en la línea de atribuirme cosas.
      Estoy finalmente de acuerdo contigo en que el estatuto ha de reflejar lo que queremos ser y lo que queremos hacer los asociados; no necesariamente lo que se nos impusiera desde Roma o desde la calle Alcalá. Ojalá coincida, pero casi me interesa más el estatuto local. En fin, te noto airado y asimismo atrevido en tus inferencias y en atribuirme pensamientos e intenciones. Acaso has sido tú el redactor del borrador y te sientes muy aludido. Yo pretendía extender los horizontes de la realidad, para neutralizar el típico sociocentrismo que nos hace ver las cosas muy a nuestra propia manera; pero ya he dicho repetidamente que no pretendo llevara razón, sino decir libremente lo que pienso, aunque resulte preterido. En realidad, me has animado a continuar, aunque seré más cuidadoso sin perjuicio de la sinceridad.
      José Enebral.

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    4. Pepe

      Por supuesto que te animo a continuar, faltaría más. Simplemente te ruego que moderes el tono de tus aseveraciones. Ya te he puesto ejemplos en el anterior comentario de sentencias ofensivas (cosas así como denominar de tinglado político a la organización, decir que la redacción es confusa a propósito y que insulta a la inteligencia del lector, hablar de ultracatolicismo, etc.)

      Se puede cuestionar casi todo, excepto lo que nos viene de instancias superiores. Se podrá comentar la redacción y hasta modificarla, pero no así el espíritu de la letra. Ya te he explicado el lugar de las Asociaciones Locales en este proceso, incluso dando un ejemplo. El presente Estatuto trata, precisamente, de arrojar luz sobre la esencia y la razón de ser en salesiano de las mismas, pues a menudo se han entendido como simples clubes sociales y la idea original supera en mucho esa visión. Los Estatutos Locales habrán de renovarse, sin duda, para adaptar la visión de la Confederación Mundial a la realidad inmediata de cada casa. Éste Estatuto Nacional es un paso intermedio de adaptación en ese proceso. Si cualquier Estatuto Local contraviniese lo dispuesto en su Estatuto Regional, Nacional o Mundial, lógicamente, podría ser revocado.

      Por mucho que seamos antiguos alumnos, comprenderás que no puedo permitir que esto se convierta en un patio de colegio. Así que, como moderador del sistema de comentarios, me veo en la obligación de advertirte de que a partir de ahora los comentarios serán moderados y que aquellos que se consideren inoportunos serán debidamente eliminados.

      Un saludo y feliz año

      Jaime Martínez

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    5. Entiendo perfectamente, Jaime, que tú te sientas obligado por instancias superiores; como seguramente tú entiendas que yo debo defender la libertad. He prometido hacerlo, incluso "a toda costa" (aunque me parecía un exceso verbal). Yo admito que estoy en contra del estatuto mundial y de este (tal como está) y ofrezco darme de baja en la Asociación; pero no puedo morderme la lengua y decir simplemente que todo está bien o aproximadamente bien, porque mentiría. No puedo mentir ni renunciar a la libertad; pero tú puedes eliminar lo que te disguste: estaré atento porque siento curiosidad por saber qué es lo que resulta tan ofensivo. Lo que simplemente resulte crítico no debería ser eliminado, a mi modo de ver (salvo por la alternativa de que me dé de baja). En fin, buen año para todos, sí. Pepe Enebral.

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